En el mundo empresarial, la clave para el éxito radica en resaltar lo que te distingue. Aunque algunos productos pueden destacar por ser más baratos o tener características especiales, la magia ocurre cuando descubrimos qué nos hace diferentes y nos enfocamos en eso.
No se trata de ser el mejor en todo, sino de sobresalir en lo que realmente importa para tu público. Imagina que eres como ese amigo que siempre tiene el mejor consejo sobre un tema específico en lugar de intentar ser experto en todo.
Descubre tu diferenciación: Comienza por conocer profundamente tu producto o servicio. ¿Qué lo hace especial? ¿Cómo resuelve los problemas de tus clientes de una manera que otros no pueden? Eso es lo que te hace único.
Conoce a tu público: Una vez que hayas identificado tu diferenciación, busca a las personas que realmente lo necesitan. No pierdas tiempo ni energía intentando llegar a todos. Enfócate en aquellos que buscan específicamente lo que tú ofreces.
Destácate en lo importante: En lugar de intentar abarcarlo todo, busca destacar en unas pocas áreas clave. Sé excepcional en esas áreas y comunica claramente por qué eres la mejor opción.
Ten siempre en cuenta que vender no es solo un intercambio de productos o servicios por dinero. Es una conexión con personas que están buscando una solución. Al vender lo que te hace único y encontrar a quienes realmente lo necesitan, estás haciendo encajar dos piezas, como en un puzle, que, si no tienen la misma forma, nunca van a poder juntarse.
Busca siempre el cliente que te necesita, y si no, no es cliente.
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